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lunes, 12 de junio de 2017

Llegó el momento

¿Cuándo es el momento de escribir una entrada de despedida para un blog? Para mí, las despedidas son parte de un proceso natural de la vida, en la cual atravesamos diferentes etapas. Cada etapa tiene su historia y su propósito, aunque a veces sea difícil verlo, y también sus elementos que nos acompañan durante ese tramo del camino, y que nos ven crecer y desarrollarnos hasta que estamos listos para dar el salto a la siguiente etapa. Algunos de esos elementos pasarán a formar parte de nuestra vida y serán centrales en futuras etapas, mientras que otros se irán alejando como las ramas de un árbol que crecen en direcciones distintas.

Este blog nació en septiembre de 2013, recién mudado a una ciudad en la que los días eran cada vez más cortos y fríos y la gente hablaba con acentos difíciles de comprender para mí. Por aquellas fechas, me sentía perdido lejos de mi entorno y mis costumbres, trabajando en un ambiente completamente diferente y sin tener apenas gente con la que sentarme a charlar fuera de la oficina, más allá de esa familia adoptiva en la que pronto se convirtieron Kristina y Alex. Lejos de los míos, este blog supuso para mí abrir una ventana al exterior a través de la cual me comunicaba y me sentía en contacto con todo aquel que quisiera hacerme una visita virtual. Durante estos años, he disfrutado de veras compartiendo con todos vosotros las experiencias y curiosidades que he ido coleccionando durante mi primera etapa aquí, en la cual casi todo era una novedad. Este blog ha sido un valioso recurso para los días en los que me sentía solo y desamparado, y también para otros en los que simplemente quería mandar un mensaje internacional en un período en el que el Reino Unido era un destino apetecible para casi todos los emigrantes europeos.

Cuatro años después, Bristol se ha convertido en un segundo hogar para mí, una ciudad con encanto y llena de memorias agradables en cada rincón. He visto cómo las estaciones frías dan paso a una verde primavera y a un verano con temperaturas ideales para pasear por la ciudad. He encontrado a Lyndsey, una compañera que hace mi vida más bonita desde que abro los ojos cada mañana, y que me ha dado fuerzas para luchar por hacerme un sitio en un entorno de trabajo en el que ahora me respetan y valoran. Y he encontrado amigos con los que seguir disfrutando de viejas aficiones como la música y el fútbol, o disfrutar de nuevas actividades como el senderismo y el rugby. Poco a poco, las novedades divertidas han dado paso a un período de estabilidad en el que me siento realizado con mi vida aquí, y al mismo tiempo cerca de mis raíces. Muchas cosas han cambiado y siguen cambiando, pero ésta ya no es la historia de un veinteañero español que os contaba sus peripecias diarias rodeado de esos extraños británicos, mientras descontaba mentalmente los días para encontrar ese trabajo estupendo que me estaba esperando en España a la vuelta de la esquina. A día de hoy, me siento igual de español que cuando llegué, pero también muy afortunado por haber venido aquí, y me agrada la idea de vivir en cualquiera de estos dos países en un futuro. Aunque ya sabéis que uno hace sus planes y luego la vida se encarga de ponernos donde nos corresponde...

Y ahora, ¿hacia dónde vamos? En mi caso, cada vez disfruto más explorando España y Reino Unido. Mi último cumpleaños lo celebré en la hermosa Península de Gower, al sur de Gales, en la idílica playa de Rhossili Bay; y este año me he quedado por primera vez aquí por Semana Santa para disfrutar de los tradicionales huevos de Pascua y el roast lamb por Viernes Santo, en el Lake District, un hermoso e inmensamente verde parque nacional al noroeste de Inglaterra. Ahora es el turno del Camino de Santiago, una experiencia mágica y un modo estupendo de seguir conociendo ese precioso país que me vio nacer, y este verano pasaré por la cautivadora Andalucía antes de mi veraneo de todos los años en La Manga. Disfruto y admiro sinceramente los méritos de ambos países, y lo digo bien alto en un tiempo en el que los discursos del odio y la segregación han calado profundamente en muchos países, y también en el Reino Unido. En el fondo, tenemos muchas cosas en común en las que apoyarnos, y también diferencias que nos ofrecen una oportunidad para enriquecernos mutuamente.

Así que me despido, al menos temporalmente. Gracias a todos los que, de un modo u otro, habéis formado parte de esta etapa. Desde Bristol, os mando mis mejores deseos para todos vuestros proyectos futuros.

jueves, 2 de marzo de 2017

Una historia de seres humanos

Me he encontrado con una historia que merece la pena compartir. Ocurrió durante un partido de fútbol, aunque eso es lo de menos. En estos tiempos donde el racismo y la xenofobia vuelven a ensombrecer nuestro panorama, me encanta encontrarme con situaciones capaces de quebrar las creencias rígidas e intransigentes...

http://www.laverdad.es/murcia/deportes/futbol/201703/01/salvador-vidas-nuevo-heroe-20170301175222-rc.html

martes, 31 de enero de 2017

Los más grandes

Este año ha comenzado con algunas sorpresas. Lo primero que me viene a la cabeza es el panorama político, donde parece que se avecina un año con muchos sobresaltos, manifestaciones y reuniones tensas. Luego pienso en que, por primera vez desde que llegué, he visto la nieve en Bristol; aunque claro, ¡ha nevado incluso en Murcia y Cartagena! Eso es un fenómeno tan extraño que creo que merece quedar reflejado en este blog. Aunque hablando de fenómenos...

Cuando casi nadie lo esperaba ya, Rafael Nadal y Roger Federer han vuelto a regalarnos un partido inolvidable en la final del Australian Open de 2017. Federer comentó durante el torneo que uno de sus alicientes eran sus hijas, que estaban disfrutando mucho de sus vacaciones y le pedían que no perdiera para poder seguir allí unos días más. Pero había mucho más que eso. Y también para nuestro Rafa, abanderado y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río'16. Para mí, sin duda el mejor deportista español de todos los tiempos.

Fue un partido dramático a cinco sets, como no podía ser de otra forma. Lo ganó Federer, para muchos (y me incluyo) el mejor tenista de todos los tiempos. Además de un gran ser humano, tal y como mostró nada más proclamarse campeón diciendo: "no hay empates en el tenis. Si los hubiera, hoy yo habría estado encantado de aceptar uno y compartirlo con Rafa."

Sin embargo, a pesar de la derrota, Rafa deberá sentirse satisfecho. Son ya muchos los que le consideran el segundo mejor tenista de todos los tiempos, y afirman que recordaremos estos duelos como uno de los hitos del deporte mundial de este siglo. Desde luego, yo estoy de acuerdo con esto, aunque quizá esté sesgado por ser español y admirar sinceramente a nuestro Rafa. Así que me despido con una opinión más objetiva que la mía, la crónica de la BBC, que incluye el siguiente párrafo: "hay enfrentamientos deportivos en los que uno quiere que pierdan los dos bandos. A los aficionados al fútbol ingleses quizá les venga a la cabeza la final del Mundial de 1990 entre Alemania Federal y Argentina. En cambio, en este partido uno quería que ganaran ambos jugadores".

sábado, 31 de diciembre de 2016

Despidiendo el 2016

Creo que este año ha sido uno de los más bonitos de mi vida, así que he decidido hacer un sencillo ejercicio: escribir algunos recuerdos agradables de cada uno de los meses del año. Los resultados, más abajo, muestran que este año he viajado muchísimo, pero que sea donde sea, la mayoría de mis recuerdos preferidos están junto a mis seres queridos: mi familia, mi compañera y mis amigos.

ENERO
Lyndsey aterriza por primera vez en la Península Ibérica el día de Año Nuevo. Disfrutamos de un tiempo maravilloso, tanto que nuestra primera comida del año es una paella a la orilla de la playa en Santa Pola. Días después, es divertido ver cómo las barreras de idioma con mi familia se pueden saltar a base de sonrisas y achuchones. También está Emma, con su disfraz de Mamá Noel que habla por sí mismo.

De vuelta en Bristol, mi regalo de Navidad es un concierto de música clásica en Colston Hall. Las sinfonías de Mozart suenan como música celestial para mis oídos, tanto que me han acompañado durante muchas horas de trabajo a lo largo del año. Quizá influyera que el anterior concierto fueron Slipknots en Cardiff. ¿Adivináis cuál de los dos conciertos fue idea de Rich?

FEBRERO
Un fin de semana en Londres, que ya se echaba en falta. Allí nos esperan Dani, con muchas ganas de conocer a Lyndsey, y mi hermana Esther, que está visitando a unas amigas y es el gran motivo del viaje. Regreso al British Museum y a la National Gallery, donde admiramos uno de los ejemplares de Los Girasoles del gran Vincent Van Gogh. También probamos por primera vez Airbnb, una empresa basada en la confianza. La experiencia es tan buena que repetiremos en los viajes sucesivos.

Juego mi primera partida de snooker. Después de años viéndolo por televisión, le enseño a Lyndsey las reglas, y después ella me da una paliza. 

MARZO
Mi primer viaje de trabajo del año es un curso de formación en Birmingham. El número de proyectos en los que estoy involucrado ha crecido exponencialmente en poco más de un año, y este viaje supondrá un cambio en la forma de ver y organizar mi trabajo. Allí, los ponentes más prestigiosos son Julian y Wolfgang, que me invitará a visitarle en su ciudad natal unos meses más tarde.

Lyndsey da un concierto con su banda de soul en un pub de Bristol. Sentado junto a su madre y sus mejores amigos, es la despedida perfecta antes de volver a Murcia por Semana Santa. Allí, mi familia y amigos me esperan para disfrutar de las Fiestas de Primavera, el sol y otras bendiciones de nuestra tierra. 

ABRIL
Rich ha comprado entradas para ir a un concierto de tributo a Metallica. Es mi mejor amigo inglés, y cuando llega con casi dos horas de retraso (¿qué es eso de la puntualidad británica?), justo antes de la banda principal, tengo ganas de matarlo, pero va tan borracho que es imposible tomarle demasiado en serio. Hay vídeos memorables de esa noche, con este gigantón asustando a las mujeres de la sala (sin mala intención) y haciéndose amigo de todos los hombres, tanto que al final del concierto decidimos mantearlo.

Lyndsey y yo terminamos este mes con un precioso fin de semana en París. Allí nos espera una ciudad espectacular, llena de turistas ávidos como nosotros de explorar los museos y palacios y explorar una de las urbes más emblemáticas y cinematográficas del mundo. Y allí están también pasando el curso Ronaldo y Alba, con quienes compartimos una velada inolvidable en un restaurante con piano de Montmartre.

MAYO
A mitad de mes, Mark nos comunica que se irá a vivir a Oxford por trabajo. Junto con Alexandro, hemos formado un trío instrumental amateur y hemos pasado meses reuniéndonos para tocar y pasar un buen rato. El último ensayo es muy divertido y se convierte en ese concierto que nunca llegamos a dar (quizá fuera mejor así).

Este mes termina con otro viaje al Lake District, un precioso y enorme espacio natural al noroeste de Inglaterra. Lyndsey creció cerca de esta zona, así que es la guía perfecta para descubrir rincones encantadores y degustar algunas de las especialidades gastronómicas locales. ¿Quién dijo que en Gran Bretaña siempre se come mal? 

JUNIO
Viajo por trabajo a Maastricht, un agradable reencuentro con otro capítulo bonito de mi vida, al que le dediqué mi primer blog. Mis mejores amigos de aquella etapa, Brandon, Simon, Brad y Anthony, están entusiasmados de recibir fotos y anécdotas. En el día a día, me siento honrado de trabajar cara a cara de nuevo con Wolfgang, que se encarga de que no me falte de nada y me invita a cruzar la frontera para pasar unos días con él y su encantadora familia en Alemania. Y como solo hay vuelos directos desde Amsterdam, Lyndsey se anima a pasar por allí un fin de semana antes de regresar juntos. Allí nos espera otro de los ejemplares de Los Girasoles (hay cinco en total), esta vez en el Museo Van Gogh.

Esther viene a visitarme en Bristol un fin de semana. Son días muy especiales, ya que Lyndsey y yo hemos decidido irnos a vivir juntos y estamos de mudanza. Muchos amigos vienen a la barbacoa que hemos organizado como housewarming party. También está Kristina, que me abrió las puertas de su casa a mi llegada a Reino Unido y está feliz de bendecir nuestro nuevo hogar.

JULIO
Este mes hay dos congresos en Florencia y Mallorca. El primero será una oportunidad estupenda para aprender de algunos de los mejores especialistas en mi área, y llegamos con unos días de antelación para explorar la Toscana. El segundo será un reencuentro con muchos colegas a los que llevaba tiempo sin saludar. Se hace raro venir a España sin pasar por Murcia, pero nací en un país tan bonito que no me canso de seguir explorándolo a la mínima oportunidad.

Celebro mi cumpleaños en Rhossili Bay, al sur de Gales. Es una de las playas más bonitas que he visto jamás, y como hace buen día (eso aquí significa en verano sol y unos 20º), me zambullo en el Atlántico una vez más.

AGOSTO
Lyndsey también tiene pensada una aventura para celebrar su cumpleaños. Consiste un viaje a Bath..., ¡en bicicleta! Su madre viene a visitarnos esos días para pasar tiempo con nosotros y conocer lo que estamos convirtiendo en nuestro nuevo hogar. Bueno, y para llenarnos el frigorífico de productos frescos locales.

Y claro, en agosto también toca pasar un tiempo en La Manga, como cada verano de mi vida. Además de disfrutar de mi familia cada día, cruzo el Mar Menor para visitar a Juanma, justo antes de que regrese a la isla en la que los dos vivimos ahora. Bernardo, otro buen amigo que ha ampliado fronteras, cruza el Puerto de la Cadena para venir a pasar una tarde juntos. Y Lyndsey viene unos días para conocer nuestras playas y bañarse por primera vez en nuestro Mar Mediterráneo.

SEPTIEMBRE
El mes arranca con un fin de semana en Bridgnorth y Shrewsbury, dos pueblos de las Midlands inglesas que bien merecen una visita. Después del caluroso verano murciano, se agradece pasear unos días por la verde campiña en un ambiente de paz y sosiego.

Comienzo mi cuarto curso en Bristol con una sensación de arraigo desconocida hasta ahora. Me he ganado un sitio en el trabajo, y a la vuelta tengo alguien que me espera y con quien estoy pasando una etapa inolvidable. Tenemos un grupo de amigos a los que vemos con frecuencia, y seguimos planeando visitas a nuestras ciudades de nacimiento donde nuestros padres nos reciben con los brazos abiertos.

OCTUBRE
Viajo por trabajo a Madrid, ciudad que llevaba mucho tiempo sin visitar. Siento que he crecido como profesional y es muy bonito participar en la dinámica de las universidades españolas en calidad de especialista.

En Bristol, Miguel se ha convertido en mi compañero de gimnasio. Para él también es una año muy especial, ya que acaba de cumplir 40 y hemos hecho una colecta en el departamento para pagarle un viaje a su Chile natal por Navidad, cuatro años después de su última visita.

NOVIEMBRE
El mes comienza con un congreso en Viena. Lyndsey viene conmigo para cerrar nuestra particular gira europea, y también llegamos antes para disfrutar de los mercados de la ciudad, que son un auténtico cruce de civilizaciones; de la tradición de música clásica de la ciudad, con Mozart como máximo exponente; y de la delicia de pasear por una ciudad señorial y llena de buenos restaurantes.

A la vuelta, hago un esfuerzo para visitar a Brandon y Simon en Dublín. Mis amigos canadienses tienen muchas cosas que contarme y alguna broma para darme la bienvenida. Es nuestra primera visita en la isla, a pesar de que Brandon tiene pasaporte irlandés por sus antepasados. La ciudad nos espera con un aire solemne - se cumplen 100 años de la independencia del Reino Unido - y con ese ambiente único de los pubs de esta zona, que bien merecen un brindis con Guinness.

Mientras tanto, sigo con atención los movimientos de mis amigos. Álex ha vuelto de China, después de año y medio. Bernardo sigue en Alemania, creciendo profesionalmente cada año, al igual que Lucía en Australia. Ronaldo se ha ido a Senegal para terminar su máster en estudios africanos. Juanma se está asentando en una zona distinta de Gran Bretaña. Y otros, como Jorge, Mario y Jesús, salen adelante en Murcia. Estoy deseando verles a todos por Navidad.

DICIEMBRE
Lyndsey y yo pasamos nuestro particular día de Navidad en York, una ciudad del norte que está muy bonita por estas fechas. Me han invitado a muchas cenas de Navidad en Bristol, y la que más ilusión me hace es la de mis antiguos compañeros de piso.

De vuelta en Murcia, es emocionante comprobar cómo Emma, a la que este verano llevábamos en brazos de un sitio a otro, ya corretea por todos lados manteniendo ocupados a todos los adultos que hay a su alrededor. Los demás están bien, aunque las inundaciones le han causado a Pedro unas Navidades con el brazo en cabestrillo. Son días alegres, llenos de puestas al día con amigos y compañeros a los que llevaba tiempo sin ver. Es interesante escuchar las historias que cada uno trae, y ver cómo todos vamos saliendo adelante por distintos caminos. Nadie tiene una vida perfecta, pero todos tenemos lo suficiente para ser felices.

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Y en Murcia sigo, a punto de despedir el año y de regresar a Gran Bretaña. Me siento afortunado por haberme criado en esta tierra, a la que siempre tengo ganas de volver, aunque sea de visita. Y también, después de un año de noticias políticas inesperadas donde la inmigración es cada vez un asunto más polémico y problemático, me gusta pertenecer a ese enorme grupo de valientes que cruzan fronteras para encontrar lo que no nos pudieron ofrecer en nuestros países de origen.

Feliz 2017 a todos y todas.

martes, 25 de octubre de 2016

viernes, 21 de octubre de 2016

Las dos caras de la moneda

Han pasado varios meses, y durante este tiempo he salido varias veces del Reino Unido. Eso incluye tres visitas a España, aunque dos de ellas fueron viajes de trabajo y solamente en verano pude regresar a Murcia para disfrutar de unas vacaciones en mi tierra y con mi gente. Y una pregunta sale a escena cada vez que salgo de viaje, e incluso a veces cuando algún amigo que no vive en Reino Unido me escribe para saludar: ¿qué pasa con el Brexit? Nadie tiene una respuesta clara y satisfactoria a esta pregunta, pero sí que he encontrado algunas ideas interesantes acerca de lo que ha pasado, lo que está pasando, y lo que se avecina...

Comenzando por el pasado, uno de los fenómenos más curiosos que he encontrado últimamente es este gráfico del Financial Times en el que se pone en relación la proporción de votantes que apoyaron "Leave" con la cantidad de fondos que reciben de la Unión Europea. A simple vista, parece que hay una asociación, y el sentido de esa asociación es bastante sorprendente: las regiones de Reino Unido que apoyaron la salida de la Unión Europea con más entusiasmo son las que reciben más fondos de la UE. Que cada cual saque sus conclusiones...

¿Qué está pasando ahora? Pues de momento, hay más revuelo que otra cosa. Uno de los pocos hechos reales es que a día de hoy la libra vale menos que hace cuatro meses en relación a la mayoría de divisas internacionales, lo cual es bueno para unos y malo para otros. Para Roy, mi amigo holandés y compañero de despacho que viaja cada fin de semana a Ámsterdam a visitar a su pareja, esto equivale a una "bajada de sueldo", en sus propias palabras; todo lo contrario que Matt, otro compañero australiano que trabaja en mi centro y que, al cobrar en dólares australianos, nos cuenta que su dinero aquí de repente vale más que antes.

¿Y cómo están los ánimos? Pues removidos. Desde la universidad nos mandan cada dos semanas un "avance informativo" que se resume en muchas reuniones con muchas entidades y ninguna conclusión ni respuesta útil. De vez en cuando hay alguna cascada de e-mails con experiencias de cosas que están cambiando para mal, como una compañera que nos contaba que en el colegio de sus hijas estaban elaborando una lista de alumnos extranjeros porque así se lo habían pedido "desde arriba". Y esta semana ha habido otro revuelo, ya que han llegado un pequeño grupo de refugiados menores de edad a Reino Unido y algunas reacciones han estado por debajo de lo que yo esperaría de otros seres humanos. El ex-futbolista inglés y comentarista deportivo de la BBC Gary Lineker, ha condenado abiertamente estas reacciones, y ello ha iniciado una triste batalla mediática que está resumida en castellano aquí. En fin, que vienen revueltas las aguas por aquí...

¿Y qué es lo que nos espera en Reino Unido y alrededores? Pues nadie lo sabe muy bien, y por eso he dejado de recomendarle a mis amigos y conocidos españoles con intenciones de emigrar que busquen trabajo en este país. Se ha anunciado que la salida de la UE se hará oficial en 2019, y para entonces creo que estaré en una mejor posición para decidir cuál es el mejor sitio para mí. Se habla de un "Brexit blando", que consistiría en mantener una relación muy cercana con la UE sin cambios drásticos, y se cita a Noruega como ejemplo a seguir. También se habla de "Brexit duro", que supondría el fin del libre comercio y la libre circulación de personas entre Reino Unido y "ultramar", tal y como algunos llaman al resto de países. De aquí a 2019 yo ya habría cumplido cinco años como residente y estaría en condiciones de solicitar el pasaporte, y a nivel laboral ya me han sugerido que incluso en el peor escenario no debería haber problema para mantener a gente con mi nivel de cualificación. Eso sí, Kristina se ríe cuando me comenta que si hay Brexit duro y decido quedarme, me va a tocar cantar el "God save the Queen". Mejor no pensarlo...

jueves, 30 de junio de 2016

Brexit: precedentes y primeras reacciones

El pasado 23 de junio tuvo lugar un referendum en el que los británicos votaron por la permanencia (remain) o salida (leave) de la Unión Europea (UE) por parte del Reino Unido. Aunque yo no tenía derecho a participar, obviamente he seguido con interés los acontecimientos, y he mantenido varias conversaciones con personas que abiertamente han expresado su postura. Aquí va un pequeño resumen…
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LEAVE
  • Chris tiene unos 45 años y viaja frecuentemente a España; de hecho, lo conocí durante un vuelo de Murcia a Bristol a principios de abril. Al poco de iniciar una de esas conversaciones rutinarias entre personas que han caído en asientos contiguos (qué te trae por Murcia, y tú qué haces en Bristol donde llueve tanto, etc.), Chris sacó el tema y me dijo abiertamente que él ya había decidido votar leave. A Chris le incomoda el férreo control de los alemanes en la UE, e incluso bromea con que “no les ganamos dos Guerras Mundiales para que nos terminen dominando”. También es de los que piensa que el Reino Unido pierde dinero perteneciendo a la UE, y le ilusiona la promesa de Boris Johnson de destinar 350 millones de libras semanales a reforzar el NHS (sistema sanitario público en Reino Unido). Aunque esa promesa se ha demostrado falsa posteriormente, es bastante probable que Chris haya mantenido su voto…
    http://www.bbc.co.uk/news/uk-politics-eu-referendum-36040060
  • Toby es un profesor universitario de unos 65 años. En contraste con la mayoría de los mortales, que tenemos un bono de saludos ilimitado, parece que él es de tarjeta, así que tiene que racionar los suyos y no se puede permitir el lujo de dar siempre los buenos días, incluso cuando se trata de contestar a alguien que se los acaba de desear. Sin embargo, el pasado viernes Toby era un hombre feliz, y no solamente me dio los buenos días, sino que incluso me demostró la perfecta blancura de sus dientes, ya que casi por primera vez en años le vi sonreír. Toby suspiraba nostálgicamente mientras se dirigía a los seres humanos que teníamos el privilegio de oír su voz, y nos contaba aliviado que las cosas “volverían a ser como habían sido siempre”. También me preguntó, chasqueando la lengua con satisfacción, si pensaba que los franceses y los alemanes tendrían que replantearse ahora el futuro de la UE y reflexionar sobre su forma de actuar durante los únicos años. Las ojos de Toby, que brillaban como los de un niño desenvolviendo los regalos de Papá Noel, se oscurecieron algo cuando añadí a los americanos a la conversación, opinando que muchos votantes republicanos estarían contentos de ver a una Europa más endeble y a un Reino Unido más aislado. Luego me sentí un poco mal por Toby, el pobre no tiene la oportunidad de ser feliz todos los días…
    Vale, Toby y yo no somos grandes amigos, pero aquí os dejo un ejemplo completamente distinto…
  • Jan es una de mis compañeras de despacho favoritas. Es una mujer afable y cariñosa de unos 60 años que me trata como a uno de sus hijos. A mí me recuerda a mi verdadera madre en algunos aspectos, y durante mi primera etapa (la más difícil) en este país, ella era una de las personas con las que me acercaba a hablar cuando me sentía solo o triste. Es vecina de Kristina en Sea Mills, así que me llevó varias veces a casa durante el tiempo que estuve viviendo allí. Aunque ha pasado ya algún tiempo, hemos mantenido una relación cercana, y hoy mismo hemos salido a comer juntos para ponernos al día y hablar de todo, incluso de las decepciones futbolísticas de la semana. Hoy Jan sentía la necesidad de sincerarse conmigo acerca de su voto, así que he escuchado sus motivos con interés (después del shock inicial). Igual que en los casos anteriores, Jan no está de acuerdo con muchas de las decisiones que se han tomado en la UE durante los últimos años, aunque en su caso lo que más la ha decepcionado ha sido el trato a los países mediterráneos durante la crisis económica. Dicho esto, Jan se ha mostrado (como casi todos) sorprendida con el resultado de la votación, me ha confesado su incertidumbre en el momento de votar, y después me ha insistido varias veces en que espera y desea que el resultado no me afecte negativamente. Jan se sentía culpable por mí, así que yo la he tranquilizado diciéndole que lo más probable es que los cambios por lo que a mí respecta sean mínimos, sobre todo a corto plazo, y que en todo caso ya me he visto antes en situaciones difíciles donde al final los cambios han traído cosas buenas. Y después, para darle un toque picante a la conversación, le he hecho saber que muy probablemente ha votado lo mismo que Toby. Y claro, se ha mosqueado…
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REMAIN
La lista de todas las personas que conozco que han votado remain sería interminable, ya que vivo en un contexto favorable a esta opción (el 60% en Bristol y el 90% del personal universitario con derecho a voto en Reino Unido). En el trabajo, varios de mis compañeros no británicos con derecho a voto (irlandeses o personas que con pasaporte británico) hicieron pública su intención – lógica por otra parte – antes del referendum. Y el día después, la mayoría de los locales se mostraban aturdidos y decepcionados en menor o mayor medida: Julian se lamentaba por lo caros que le van a salir sus próximos viajes a “Europa”, Roz me dio un abrazo el mismo viernes deseando que las cosas cambiaran los menos posible, e incluso el director del departamento se disculpó en nombre de “su puto país”.
Fuera del trabajo, en Bristol han aparecido pintadas y carteles a favor de la unidad, y se han organizado varias marchas pacíficas de protesta por el resultado de la votación y las consecuencias que podría acarrear. Mi muro de Facebook se ha llenado de lamentos y reproches a los que no fueron a votar pudiendo hacerlo, y varios de los británicos con los que he vivido los últimos años han hecho público que ellos y ellas votaron remain. Y Lyndsey también votó remain, e incluso hizo campaña entre su familia y amigos...
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En esta entrada me he centrado en describir a los votantes del leave, aunque a algunos de los que votaron remain ya los conocéis si habéis seguido el blog durante estos casi tres años. Y en cuanto a Lyndsey, si no habéis oído hablar de ella significa que llevamos mucho, mucho tiempo sin vernos en persona… En cualquier caso, en estos días en los que van apareciendo noticias acerca de brotes de racismo en Reino Unido y crispación política en Bruselas, quería contaros cómo me afecta a mí todo esto: de momento, la principal consecuencia del Brexit es que me ha dado una oportunidad para poner al día el blog, que ya tenía falta.

 

 

martes, 12 de abril de 2016

Traductor murciano

¿Qué tal estáis? Por aquí, el tiempo va pasando y yo sigo en Reino Unido. Esta mañana hablaba con una compañera de trabajo gallega de que vinimos aquí con un contrato temporal y la cosa parece que se va alargando. En mi caso, mi contrato acababa en junio y ya me han renovado, y en España no veo oportunidades para poder volver por ahora, y a ella le pasa igual. Ninguno de los dos nos quejamos, ya que aquí estamos a gusto con el trabajo y sentimos que nos tratan bien. Y fuera del trabajo, ella se vino con su novio desde España, y yo he encontrado aquí a la mía, así que disfrutamos de la vida en Bristol, que es una ciudad con mucho encanto a pesar de la (merecida) mala fama del clima británico.

En esta entrada aprovecho para saludar a mis paisanos y paisanas de Murcia, pero está dedicada, con mucho cariño, a todos aquellos de otros lugares que alguna vez lo han pasado mal con las peculiaridades de la forma de hablar que hemos ido desarrollando a lo largo de los siglos en ese precioso rincón del sureste español. Sí, tal y como reza el título, ya existe un traductor murciano. Aquí tenéis el enlace. ¡A disfrutarlo, pijo!

lunes, 14 de marzo de 2016

Antes de Semana Santa

Dos años y medio más tarde, puedo decir sin dudarlo que mi experiencia en esta ciudad ha ido mejorando de forma consistente, añadiendo personas cada vez más especiales en mi vida y retos cada vez mayores en el trabajo; y al mismo tiempo, me las he arreglado para seguir en contacto con ese pequeño grupo de personas que entraron en mi vida poquito a poco, sin hacer mucho ruido, pero que llegaron para quedarse. Dejando al margen a mis compañeros de trabajo, los primeros de esa reducida lista son Kristina y Alex. La semana pasada fui a verlos para cenar, y Alex me enseñó entusiasmado sus progresos en la guitarra tocando - ahora sí - Smoke on the water. A sus tiernos seis añitos, él ya tiene claro que no quiere dejarse el pelo largo como los músicos de Deep Purple porque "eso es de hippies". Y como su mamá lo mandó a la cama temprano para poder tener una conversación tranquila y adulta (en realidad, es la única manera de conseguirlo), me dio las buenas noches y después le arrancó a Kristina la promesa de que volveríamos a visitarle pronto y en una noche en la que él pudiera acostarse tarde...

También sigo en contacto con mi amigo Richard, que hace unas semanas dejó de ser mi compañero de piso para mudarse a su nueva casa. Este sábado fuimos juntos a un pub para ver el partido de rugby que enfrentaba a Inglaterra y Gales, y que ha resultado decisivo para que los primeros se proclamen campeones del torneo Seis Naciones por primera vez desde que yo sigo este deporte. Rich me cuenta que lo que más echa de menos de compartir piso es compartir tareas, ya que ahora le toca hacerlo todo a él. Dice que se las arregla para seguir en contacto con la gente a pesar de haberse mudado a las afueras, y le entusiasma saber que hace unos días jugué mi primera partida de snooker, y que me gustó la experiencia a pesar de que fui vapuleado. Es lo que pasa cuando te juntas con locales y pruebas sus costumbres, claro...

Otros que siguen en escena son mis amigos latinos Alexandro y Miguel. El primero está a solo unos meses de concluir su doctorado, si todo va bien, y él y su novia parecen decididos a prolongar su experiencia lejos de México, quizá aquí o quizá en otro país. Miguel tampoco tiene prisa por regresar a Chile, y más que preocuparse por su futuro se dedica a organizar el mío con la mejor intención y en las situaciones más inesperadas, mientras yo suspiro y recuerdo aquello de que hay que tener paciencia con los amigos.

Al margen de esta pequeña puesta al día de algunos de los personajes que ya conocéis por este blog, lo que hoy me empujó a escribir una entrada ha sido un análisis sociológico que he encontrado en El País, y que me ha parecido tremendamente acertado e inspirador. Podéis consultarlo aquí. En él se habla de la crisis económica en España desde una perspectiva inusual; en concreto, el autor ensalza los valores de nuestra sociedad en tiempos tan adversos, y cómo el país va saliendo adelante a pesar de la falta de ética de nuestros políticos y de las dificultades por las que muchas familias han atravesado últimamente. A diferencia de otros países europeos en los que el rechazo a los inmigrantes ha ido en aumento, parece que en nuestro país hemos encontrado otras formas de afrontar el conflicto sin recurrir al odio. Una de esas vías, claro, ha sido la emigración masiva de jóvenes cualificados a países con mejores perspectivas laborales. Aquí tenéis uno.

Y como estamos ya llegando a la Semana Santa, aprovecho esta ocasión para deciros a los murcianos que dentro de poquito estaré de nuevo visitando mi tierra, así que..., ¡avisados estáis!

jueves, 25 de febrero de 2016

Tercer invierno

Otro invierno que comienza a despedirse lentamente de los bristolianos, de los que crecieron aquí y de los que llegamos más tarde. Para mí es ya el tercero, y por ahora sigo sin haber visto la ciudad cubierta de nieve. Los lugareños me aseguran que es mejor así, que las carreteras y los vehículos no están preparados para esas eventualidades y que una nevada de unas pocas horas causa caos y desorden durante días. A falta de nieve, sí que hemos tenido lluvia, viento, frío y, de cuando en cuando, algunos días de sol, en los que yo siempre he encontrado alguna excusa para pasar el día al aire libre en buena compañía, o al menos para acurrucarme cerca de alguna ventana en mi edificio de trabajo, mientras los ingleses paseaban junto a mí con una sonrisa de comprensión y una mirada que susurraba algo así como: "ay, este Jose, que no se acostumbra a vivir sin sol".

¿Se puede disfrutar de la naturaleza británica en invierno? Yo diría que sí: los paisajes lucen completamente distintos, con algunos árboles completamente desnudos durante unas pocas semanas, y poco a poco algunas hojas y flores brotando cada día mientras cada vez más pájaros se van dejando oír. Eso también es bonito de contemplar. Aunque, sin duda, el mayor descubrimiento en esa faceta ha sido la exposición Wildlife Photographer of the Year, promovida por el Museo de Historia Natural de Londres y repleta de imágenes en las que los fotógrafos supieron combinar su arte con las maravillas naturales de nuestro planeta, algunas de ellas en serio peligro de extinción o destrucción. La exposición con las 100 mejores fotografías del último año llegó a Bristol hace varias semanas, y la visita sin duda mereció la pena. Podéis ver todas las imágenes aquí. Comprobaréis que hay capturas de todo el mundo, y que España está muy bien representada, incluso mi querido Mar Menor. ¡Que las disfrutéis!




viernes, 11 de diciembre de 2015

Tradiciones navideñas en Reino Unido

Este año he aprendido muchas cosas nuevas, y entre ellas algunas de las tradiciones navideñas que hay por aquí. También he recordado algunas de años anteriores, que por algo es ya la tercera vez que me pilla por aquí en estas fechas. En esta entrada os voy a hacer un pequeño resumen...

Para empezar, este viernes y el que viene se celebra aquí el Christmas Jumper Day. La iniciativa consiste en animar a la gente a salir a la calle con uno de esos jerseys calentitos y con motivos navideños que quizá hayáis visto en películas como Solo en Casa. El trasfondo es solidario, ya que se trata de apoyar a varias ONGs que recaudan dinero para ayudar a pacientes de cáncer, niños en situación de riesgo y otros colectivos vulnerables. Yo no me siento tan británico por ahora como para comprar un jersey con el que no me atrevería a caminar sin escolta por mi barrio en Murcia, pero ellos se lo han tomado en serio. Al parecer, incluso había una convocatoria a las 13 horas en el centro del campus universitario para tratar de batir un récord Guinness. En fin, que hay gente para todo...

Pasando a otras tradiciones que me han calado más, en mi habitación tengo un pequeño arbolito navideño y una rama de muérdago. Lo primero no tiene mucho de novedoso, aunque el segundo asunto es algo más original, al menos para mí. Según la tradición celta, el muérdago es una planta a la que se atribuyen propiedades como la fertilidad, la paz y el amor, y por ello en muchos hogares hoy en día se cuelga una rama de esta planta sobre el umbral de la entrada para atraer buena suerte a sus habitantes. También hay otra versión de esta tradición según la cual los amantes que pasan bajo una rama de muérdago se besan para bendecir su amor. Podéis quedaros con la que más os guste, o con ambas...

Otra tradición navideña, aquí y en todas partes, son las reuniones en torno a la mesa. Este año me han invitado a muchas aquí, tantas que en algunos casos he tenido que disculparme por no poder asistir, lo cual es una buena señal de cómo van las cosas dentro y fuera de la universidad. Christina se está encargando de que volvamos a tener una abundante y tradicional cena navideña en el piso, y mis compañeras de despacho han organizado un aperitivo para todo el departamento la próxima semana. Me han pedido que traiga algo español, “aunque sean unas olivas”. Otras comidas menos navideñas pero también en buena compañía esta semana han sido el cumpleaños de Rich, mi compañero de piso, y la despedida de Jacky, que se vuelve a Hong Kong después de visitar nuestro departamento por tres meses. Jacky no es su verdadero nombre, pero como muchos asiáticos decidió adoptar un nombre occidental que fuera fácil de recordar para los demás. El siguiente banquete multitudinario para él será la celebración del Festival de Primavera, que por lo visto es lo que se festeja por estas fechas en China.

Y claro, la Navidad también es una época de consumo. Este domingo paseaba por un centro comercial y había cola para entrar a la tienda de la popular joyería danesa Pandora. Más adelante leía en un cartel “all I want for Christmas is you”, y me pareció tierno hasta que me di cuenta de que se trataba del anuncio de un smartphone… Y claro, yo también estaba allí para comprar, nada menos que mi primer regalo de Navidad como tito. Encontré un CD de canciones infantiles en inglés que, por un lado, hará las delicias de mi sobrinita mientras el inglés va calando sigilosamente en su cerebro aún receptivo al 100% para absorber fonemas en cualquier idioma; y por otro, será una dulce venganza hacia mi cuñado, que como buen barcelonista se ha pasado todo el año chinchándome con el fútbol (la verdad es que no le han faltado motivos), y ahora tendrá que escuchar a todas horas grandes éxitos de la tierna infancia como “Never smile at a crocodile” o “Bah bah black sheep”, capaces de esfumar la paciencia y el buen humor de cualquier adulto, incluso de un buenazo como él. Es algo así como una versión moderna del Caballo de Troya, o eso pensé yo mientras le decía al vendedor con una amplia sonrisa: “¿sabe qué? Creo que me llevaré dos”.

Para terminar por hoy, para mí la Navidad también tiene un importante componente musical. Este año mis Reyes Magos se han adelantado, ya que me he comprado una guitarra eléctrica de segunda mano a la que le dedico algunos ratos furtivos. Otra novedad musical es que un día decidí presentar a Mark y Alexandro mientras tocaban el violín y el piano, respectivamente, y la idea funcionó tan bien que hemos formado un trío instrumental sin más pretensiones que tocar en algún pub el año que viene, probablemente en una de esas noches de micro abierto durante la semana donde los pocos asistentes están ya lo bastante borrachos para apreciar nuestro talento… Otro que se ha iniciado en la música es Alex, al que Kristina decidió regalarle una pequeña guitarra al cumplir seis añitos. La semana pasada cené con ellos y Alex me aseguraba que está aprendiendo a tocar “Smoke on the lake”, mientras su madre y yo intentábamos contener la risa. Kristina me contó que su padre vendrá a visitarlos estas Navidades, y que Alex ya le ha dicho que en Nochevieja quiere batir su propio récord de acostarse tarde. ¿Lo conseguirá? Hagan sus apuestas…

¡Feliz Navidad y próspero 2016 a todos!


viernes, 2 de octubre de 2015

Hasta siempre, Daniel Rabinovich

Ayer cenaba con Alexandro y me enteraba de una triste noticia: Daniel Rabinovich, componente de Les Luthiers, murió hace apenas un mes. A los dos nos encantan estos cómicos, así que mientras nos llegaba la comida que habíamos pedido en el restaurante indio, nos dedicamos a honrar su memoria viendo algunos de sus mejores vídeos. No se me ocurre un mejor motivo para esta entrada que el de rendirle un homenaje a este simpático y entrañable humorista. Si no lo conocéis, aquí os dejo su Carta mal leída, uno de mis vídeos favoritos:


Y si queréis ver un vídeo del grupo al completo, entonces os recomiendo comenzar con este bolero llamado Perdónala:


¿Que os habéis quedado con ganas de más? Pues aquí os dejo el espectáculo que representaron hace poco en su última visita a Murcia.


Hasta siempre, amigo!

viernes, 28 de agosto de 2015

¡Holy mackerel!

Las vacaciones de verano han sido estupendas. La Manga del Mar Menor me sigue pareciendo un sitio espectacular, lleno de planes chulos y mejor aún con la mayoría de mis seres queridos alrededor. Este año también he tenido tiempo de escaparme al Noroeste de la Región de Murcia, con sus paisajes tan distintos del resto de la geografía murciana y las montañas preparadas para recibir la nieve cuando llegue el invierno. Pero si tuviera que destacar algo, seguramente sería que he podido conocer a Emma, que tuvo la deferencia de nacer apenas un par de días antes de que llegara su tito...


Y después de las vacaciones, vuelta a Bristol, algo así como mi cuartel general durante esta etapa entre dos tierras. Me toca hacer la colada nada más llegar, y decido que puedo lavar ya el bañador, porque con las temperaturas que tenemos aquí no parece que me vaya a hacer falta en lo que queda de año; la toalla mejor la dejaré para la próxima lavada, para que vaya absorbiendo el bronceado de mi piel que no tiene ninguna función adaptativa en la ciudad a la que he regresado. Y tras clasificar la ropa, ya estoy listo para hacer la compra, mientras mi inglés se despereza lentamente después de varias semanas en desuso. He comido tanta carne últimamente que me apetece cocinar algo con pescado. Y estamos de suerte, porque el mackerel está en oferta. Por cierto, ¿qué significaba mackerel? No importa, seguro que mal no me va a hacer. Más tarde, ya delante del ordenador, descubro que he comprado filetes de caballa, y además WordReference  me aclara que la expresión 'holy mackerel!' es una exclamación que en español puede traducirse como "¡hostias!" Ya he pasado la etapa en la que aprendía palabras y expresiones inglesas nuevas a diario, así que este nuevo hallazgo me fascina y ya estoy pensando en encontrar la ocasión para utilizar mi nueva herramienta, con la ilusión de un niño al que le acaban de regalar unas botas de fútbol...


¿Qué tal si la utilizamos con amigos? Esta semana he charlado por Skype con Ronaldo. Después de conocernos en Lovaina y encontrarnos sucesivamente en Murcia, Lisboa, Bristol y Alicante, este verano no hemos podido vernos a pesar de que él estaba trabajando en Benidorm. Pero siempre nos quedará París, que es adonde él se marcha a trabajar la próxima semana. París bien merece una visita, sobre todo en buena compañía. Pero mi nueva expresión no encaja aquí, ya que Ronaldo y yo hablamos en español, y ése es también el idioma de conversación con mi amigo chileno Miguel, con quien me encontraré esta noche en Manchester para aprovechar el puente que tenemos por delante.


Una expresión inglesa debería utilizarse con hablantes nativos, ¿verdad? Esta semana no he visto mucho a mis compañeros de piso, y en el trabajo estoy también rodeado de ingleses, pero no parece el mejor contexto. Tampoco hay muchas conversaciones largas aquí, la verdad, salvo que tenga reuniones, y Julian sigue de vacaciones. Acabo de salir de una reunión en la boca del lobo, que es como cariñosamente llamo al despacho del jefe de la escuela, donde se celebran reuniones multitudinarias en las que todo el mundo está tenso (Julian incluido) mientras el anfitrión escudriña cada detalle a su alrededor con una de las sonrisas más frías que he visto jamás y el cielo presenta un gris amenazante a través de la ventana (eso contribuye a crear la atmósfera apropiada, claro). Hoy estábamos los dos solos, y he pensado que seguiría esperando para utilizar esta expresión tan chula pero tan poco práctica en mi día a día, según parece...


De modo que os la dejo aquí, sin más. ¡Holy mackerel! Eso es lo que me ha venido a la mente cuando he visto la crónica de un periodista británico en The Guardian calificando a Murcia como la mejor ciudad para irse de tapas en España. Podéis encontrar el reportaje aquí. Pensándolo bien, ¿de qué me sorprendo?



sábado, 25 de julio de 2015

Explorando Inglaterra

Estamos ya en pleno verano, o eso dice el calendario. Mi familia y amigos me comentan que las temperaturas han sido sofocantes durante las últimas semanas en Murcia, y los que aún no han podido irse a la playa cuentan los días para tomarse un respiro del calor y de los termómetros por encima de 40º casi a diario. El verano en Bristol es algo distinto: esta semana hemos tenido tres días de lluvia, y raramente hemos llegado a los 20º. Es un clima más suave en estas fechas, probablemente mejor para trabajar en edificios que ni siquiera tienen aire acondicionado. Eso hace también que, cuando el fin de semana nos depara buen tiempo, cualquier excusa sea buena para salir a disfrutarlo. Si además te sientes un huésped temporal en estas tierras, entonces estás ante una oportunidad perfecta para salir a conocer todos los rincones bonitos que tiene este país. Y es precisamente a eso a lo que yo me he dedicado durante estos últimos meses. Aquí os dejo un pequeño resumen de mi experiencia, incluyendo los nombres de los lugares, por si os apetece incluir alguno en vuestra lista de sitios por visitar.

Para empezar, creo que algo que me ha ayudado a disfrutar de la exploración ha sido estar dispuesto a recorrer senderos que no siempre serían cómodos ni sencillos...
 Cheddar, Somerset

A veces incluso tuve que buscar caminos donde parecía no haberlos...
White Horse Hill, Oxfordshire

Y como recompensa, encontré paisajes realmente bellos por los que caminar...
Monsal Trail, Peak District

O navegar...
Bath

O incluso sobrevolar...
Bristol

Hubo momentos en los que me sentí fuera de mi sitio...
Bristol

Pero he tenido la suerte de encontrar siempre buenos amigos a lo largo del camino...
Londres

 Juntos a ellos he vivido experiencias que ni siquiera creía posibles en este país...
 Newquay, Cornwall

Y espero seguir teniéndolos a mi lado para compartir aventuras y desventuras y disfrutar recorriendo juntos un trecho. Aunque no sepamos muy bien adónde nos llevará...
 Bristol

jueves, 25 de junio de 2015

En un descuido

Nada, no hay forma de ponerme a escribir una entrada en condiciones últimamente. En realidad es por un buen motivo: las últimas semanas han estado llenas de buen tiempo que me ha empujado a salir de casa a la minima ocasión, y de visitas que me han llenado de felicidad. Por lo demás, sigo tachando sitios de mi larga lista de lugares por visitar en el Reino Unido. El finde pasado estuve en Liverpool y Manchester, dos de las principales ciudades del país, y ahora os escribo desde el Peak District, una de las zonas más salvajes de Inglaterra. Todo un contraste. Y con otro contraste os dejo hoy: Bristol y Bath, unidos por una ruta en bici. ¡Que lo disfrutéis!
http://www.ocholeguas.com/2015/06/10/europa/1433945145.html

sábado, 9 de mayo de 2015

Elecciones

Hoy encontré una sorpresa en mi casillero: la carta con la lista de cada partido político y los sobres e instrucciones para enviar mi voto por correo y participar así en las próximas Elecciones Autonómicas de la Región de Murcia del 24 de mayo. He apartado cuatro papeletas para informarme algo mejor acerca de los programas antes de tomar una decisión,  y el resto han pasado automáticamente a mi pila de papel reciclable. Hay varias docenas de partidos y me han llegado dos copias de cada papeleta, así que parece que mis listas de la compra de los próximos meses van a ser de color salmón. O a lo mejor me aficiono al origami, ya se verá...

Pero vamos al propósito de esta entrada: las Elecciones Generales británicas. La votación tuvo lugar este jueves, y yo asistí al proceso observando a mi alrededor con tranquilidad, ya que no tenía derecho a participar. Richard, mi compañero de piso, llegó a tiempo de su vuelta al mundo en 5 semanas (viaje de trabajo en Corea del Sur + vacaciones en Texas + vuelta a Reino Unido) para votar por los conservadores. Como sabéis, el otro gran partido en Reino Unido son los laboristas, por los cuales decidió votar Lauren. Ella regresó hace unos días de sus vacaciones en Malasia, donde el calor y la humedad eran tales que las ruedas de su maleta se derritieron. Quizá por eso, o quizá por la opción ideológica de Richard, los dos mantuvieron una acalorada discusión sobre política en el salón. Yo no estaba presente, pero todo esto me lo contaba durante la cena Christina, quien se sintió "como una niña que ve a sus padres discutiendo y no sabe a cuál de ellos apoyar". Por lo visto ninguno logró convencerla, ya que ella se decantó finalmente por los verdes.

Y hoy, viernes, hemos tenido los resultados. A mí me han llamado la atención un par de detalles. En primer lugar, nadie esperaba que los conservadores lograran una mayoría absoluta, después de varios años de gobierno marcados por los recortes en servicios públicos y la pérdida de popularidad. ¿Os imagináis un resultado parecido en España en las próximas Elecciones Generales? En segundo lugar, siguiendo con los paralelismos, mucha gente se queja aquí hoy de que la ley electoral es injusta y beneficia a los grandes partidos. Por ejemplo, el Partido Verde está difundiendo esta imagen que me he animado a compartir para denunciar que a pesar de lograr más de un millón de votos (casi el 4% de los británicos votaron por ellos), solo les ha correspondido uno de los 650 asientos parlamentarios. Si queréis ver los resultados completos de las elecciones, o entreteneros con los nombres de los partidos (algunos son bastante curiosos), podéis encontrar toda la información aquí.

Pues sí, se ve que me he venido a vivir a otro país con una ley electoral que en la práctica favorece el bipartidismo. Pero hay otro gran beneficiado: el Partido Nacional Escocés es desde hoy la tercera fuerza política en el Parlamento Británico. Mientras cenaba con Richard, me decía que está contento por la victoria de los conservadores, pero que también se pregunta "qué va a pasar ahora con tantos nacionalistas en el parlamento". Yo le he augurado que los telediarios en la BBC van a estar más animados que de costumbre durante los próximos cinco años...

martes, 5 de mayo de 2015

Ingleses hablando otros idiomas

Hace varias semanas, mi amigo Alexandro organizó una cena en un restaurante mexicano para presumir (con motivo) de sus raíces y para presentarnos a su compañero de piso, también mexicano, y a mí a dos chicas inglesas que estudian idiomas en la Universidad de Bristol. Las dos hablaban español estupendamente, mejor que casi ningún otro angloparlante al que yo haya escuchado hasta ahora. El motivo, en parte, es que habían pasado unos meses en Chile y Argentina, respectivamente. Unos días más tarde una de ellas organizó otra cena en su casa, y aparecieron dos chicas más que habían vivido en España y Colombia, con lo que también pudimos hablar un buen rato en español. El ambiente en ambas cenas fue muy divertido, todo lo contrario que en mi piso, que en las últimas semanas ha estado más tranquilo de lo habitual, así que el jueves pasado decidí traerlos a todos a cenar a casa e invité también a Miguel, mi amigo chileno de la universidad. Todos lo pasaron bien, y además tuvieron la suerte de probar uno de los postres más ricos de este mundo: los paparajotes murcianos (recién hechos, a poder ser).

Uno de los objetivos de la reunión era que las chicas practicasen para su examen oral de español de esta semana, así que alguien les pidió que leyesen textualmente secuencias de letras como "T N S L P P B N T S O" (tienes el pipi bien tieso) o de palabras como "Tell o boy ah in cruise tar" (te lo voy a incrustar). Al principio, las chicas nos miraban sin entender muy bien qué pasaba mientras los chicos (todos hispanohablantes) llorábamos de la risa, pero más tarde comprendieron el chiste y se lo tomaron con humor. Luego leímos todos juntos una circular, algo antigua ya y presuntamente real, enviada por una entidad internacional a su filial española para que los empleados dejasen de utilizar expresiones como mira ese guiri de mierda o pasa de ese polaco para referirse a compañeros o visitantes extranjeros, o también el hijo de la gran puta, el muy cabrón o el comemierda para referirse a los superiores. La carta, que podéis encontrar aquí, termina pidiendo a los empleados que "por favor, después de leer esta nota no digan me voy a limpiar el culo con ella o me la paso por el forro de los cojones. Simplemente manténganla limpia y libre de olores desagradables y desháganse de ella de una forma apropiada".

Pues sí, estas chicas inglesas saben hablar español, y mi amigo inglés Mark habla y escribe japonés porque vivió allí varios años. Pero son casos bastante excepcionales, así que para compensar creo que terminaré esta entrada con un par de anécdotas que reflejan mucho mejor (a mi entender) el nivel medio de los angloparlantes en otros idiomas. La primera de ellas es de George, mi compañero de trabajo, quien me escribió un correo en español a la vuelta de mis vacaciones preguntándome "¿compraste jamón serrano durante tu visita a Murcia?" Yo sonreí sospechando que estaba utilizando alguno de esos impredecibles traductores online, y le contesté escuetamente "traje un cacho guapo del de mis padres". Al poco lo tenía frente a mí, riéndose y confesando que no había entendido absolutamente nada de mi respuesta, y al día siguiente le compensé por la bromita trayéndole un buen trozo para seguir extendiendo las delicias de mi tierra por estos lugares. La segunda anécdota, más peliaguda, tiene como protagonista a un periodista del diario británico Telegraph, quien el mes pasado viajó hasta Dortmund para retransmitir los detalles de la rueda de prensa futbolera en la que Jürgen Klopp comunicó que dejaría de ser entrenador del Borussia a final de temporada. Bem Bloom, que así se llama nuestro héroe, se presentó allí sin ser consciente de su nivel real de alemán, y terminó tuiteando frases como "me encantaría contarles lo que Klopp está diciendo. Está diciendo muchas cosas, pero es que no entiendo absolutamente nada, así que les dejo al menos una foto en la que aparece llenando un vaso de agua". Otra de las muchas perlas que regaló a los tuiteros fue "niños, cuando vuestro profesor os diga que tenéis que aprender alemán, hacedle caso." La noticia al completo es fácil de encontrar en internet en inglés o en español, por si queréis pasar un buen rato igual que lo he hecho yo escribiendo aquí esta noche.

sábado, 4 de abril de 2015

Británicos y rugby

Como sabéis, las relaciones entre algunas regiones del Reino Unido son algo difíciles. Mi compañero de piso Richard, que al parecer no tiene un acento inglés demasiado distintivo, me contaba que hace unos días estuvo en Gales con su novia, y que el camarero al principio les atendió muy amablemente. "Sin embargo, en cuanto se enteró de que era inglés se retiró rápidamente y luego tardó una eternidad en traernos la cena". Esa misma noche terminó entablando conversación en la barra con un escocés que había vivido muchos años en Londres, y que en confianza le aseguraba que "esto me gusta mucho más, porque aquí puedes esconderte de los putos ingleses". Pues sí, parece que los ingleses son mirados con recelo por el resto de los británicos. Y sin embargo, en el día a día conviven y se mantienen como una potencia mundial. ¿Cómo se las arreglan para liberar las tensiones que no consiguen ahogar en pintas y pintas de cerveza?


Como gran aficionado al deporte que soy, me he pasado muchas horas de mi vida entretenido practicando deportes, y muchas más viendo competiciones deportivas en la tele. Aunque vivimos tiempos en los que los deportes más populares se han ido convirtiendo en negocios muy rentables, pienso que la verdadera esencia del deporte no tiene nada que ver con eso, y sí con transmitir valores como la superación y el espíritu de equipo. También me gusta pensar que el deporte sirve para resolver conflictos de forma pacífica, e incluso conozco algunas historias en las que el fútbol contribuyó a evitar o frenar un  conflicto armado (como la del marfileño Didier Drogba, que tuvo un papel importante para acabar con la guerra civil en su país; si os interesa la historia, os recomiendo este enlace). Y en esa misma línea, yo veo en el torneo Seis Naciones de rugby una vía de escape para que cada año Francia, Irlanda, Gales y Escocia ajusten cuentas pendientes con Inglaterra, con los italianos como convidados de piedra. Mi amigo Richard estaba de acuerdo con esta idea el otro día, y añadió que cada año los pubs se llenan de gente dispuesta a celebrar como algo propio una derrota de Inglaterra en el torneo, o la victoria final por parte de cualquier otro equipo. No obstante, Richard no estaría de acuerdo si leyese esta entrada en la que hablo de fútbol y rugby en el mismo párrafo. Él ya hace tiempo que me transmitió una de las frases proverbiales del auténtico aficionado al rugby: "el fútbol es un deporte de caballeros jugado por hooligans; el rugby es un deporte de hooligans jugado por caballeros".

De modo que, como parte de mi proceso de aculturación, decidí asistir a un partido de rugby, y la experiencia no me defraudó. Eso fue el domingo pasado, y allí estábamos Mark y yo con abrigo y guantes camino del Ashton Gate Stadium, mientras mi familia mandaba por WhatsApp fotos de sol y gente en bañador en la misma orilla del Mar Mediterráneo en la que espero estar yo mañana a estas horas. Como anécdotas, quizá lo que más me sorprendió al principio fue esa extraña combinación entre los auténticos portentos físicos que había sobre el césped - creo que, si me arrojasen a una guerra sin armas de fuego y tuviese que escoger 15 hombres para luchar a mi lado, elegiría a un equipo entero de rugby - y el ambiente familiar y pacífico en las gradas, llenas de niños y sin borrachos ni alborotadores. El partido transcurría plácidamente para el equipo de Bristol, cuyos jugadores parecían más en forma, aunque al filo del descanso ya se había interrumpido el juego cuatro veces para atender a jugadores lesionados. Alguien murmuró despreocupadamente a mi lado: "bah, otro día entretenido para los camilleros". Eso me hizo recordar otra de las frases proverbiales del buen aficionado al rugy que me enseñó Mark: "en fútbol. los jugadores pasan 90 minutos fingiendo que están lesionados; en rugby, los jugadores pasan 80 minutos fingiendo que NO están lesionados". Al final incluso hubo una pelea entre los dos bandos, y fueron los propios aficionados los que ayudaron al árbitro a identificar al culpable del incidente, que acabó expulsado. Os dejo una de las fotos que tomé durante el partido, y si queréis ver un vídeo-resumen con las mejores jugadas del encuentro, podéis encontrarlo aquí.